Ps. Albert Cristian Astudillo Zúñiga

¡Hola! Agradezco mucho que te tomes el tiempo para compartir lo que has estado viviendo. Lo que describes, la timidez y el aislamiento social desde una edad temprana, combinado con la experiencia de bullying, son situaciones muy difíciles que pueden dejar una huella profunda en cómo nos relacionamos con los demás y con nosotros mismos.

El hecho de que sigas enfrentando estas dificultades a los 25 años, especialmente en situaciones donde te quedas en blanco o no sabes cómo responder, refleja que esta experiencia ha sido un desafío constante. Lo más importante aquí es que has dado un paso crucial: reconocer que esto te afecta y buscar ayuda.

La timidez y las dificultades para interactuar con otras personas pueden estar relacionadas con factores como la ansiedad social, una baja autoestima o incluso la experiencia traumática del bullying. Sin embargo, es totalmente posible trabajar en estas áreas. Existen enfoques terapéuticos muy efectivos, como la terapia cognitivo-conductual (TCC), que te ayudarán a identificar y cambiar los pensamientos y comportamientos que mantienen el ciclo de aislamiento y ansiedad.

Además, la terapia te proporcionará herramientas para mejorar tu comunicación, aprender a manejar el miedo al juicio de los demás y poco a poco sentirte más cómodo en situaciones sociales. No estás solo en esto y, con el apoyo adecuado, es posible avanzar hacia un mayor bienestar emocional y una vida social más satisfactoria.

Te animo a dar el siguiente paso y agendar una consulta para que podamos explorar juntos las mejores estrategias que se ajusten a tu situación particular.

Hola!, entiendo lo frustrante que puede ser lo que estás experimentando. Por lo que describes, es probable que lo que estés viviendo esté relacionado con un ciclo de ansiedad de rendimiento sexual. Este tipo de ansiedad surge cuando, tras una experiencia previa en la que no se logró mantener una erección, comienza una preocupación constante de que esto se repetirá, lo que afecta la capacidad de concentrarse y disfrutar del momento íntimo. Esta preocupación activa una respuesta de estrés que interfiere con el funcionamiento sexual.

Para abordar este problema, te recomendaría consultar tanto a un urólogo como a un psicólogo especializado en sexología o terapia cognitivo-conductual. El urólogo podrá descartar cualquier causa física subyacente, mientras que el psicólogo podrá ayudarte a manejar la ansiedad y las preocupaciones que afectan tu desempeño sexual.

Es importante que busques ayuda pronto para evitar que este ciclo de ansiedad continúe afectando tu vida sexual y emocional. Un profesional de la salud mental puede ayudarte a reentrenar esos pensamientos negativos y a reducir la presión que sientes durante los momentos de intimidad.

No estás solo en esto, y con el tratamiento adecuado, es posible superar este obstáculo.