Alfredo Barros Errázuriz 1954 512, Providencia 7500000
Los trastornos del control de los impulsos son una categoría de condiciones psiquiátricas caracterizadas por la incapacidad de resistir impulsos o tentaciones de realizar actos que pueden ser dañinos para uno mismo o para los demás. Las personas que padecen estos trastornos suelen experimentar una sensación de tensión creciente antes de cometer el acto impulsivo y un sentido de alivio o gratificación al realizarlo.
Algunos de los trastornos del control de los impulsos más conocidos incluyen:
Trastorno explosivo intermitente: Se manifiesta por episodios de ira desproporcionada que pueden incluir agresión verbal o física.
Cleptomanía: La incapacidad recurrente de resistir el impulso de robar objetos que no son necesarios para uso personal o su valor económico.
Piromanía: Un impulso incontrolable de provocar incendios deliberadamente.
Tricotilomanía (trastorno de arrancarse el cabello): Se caracteriza por el impulso recurrente de arrancarse el cabello, lo que puede llevar a una pérdida notable del mismo.
Juego patológico (ludopatía): Impulso incontrolable de apostar dinero en juegos de azar, a pesar de las consecuencias negativas.
Compras compulsivas: La necesidad incontrolable de adquirir artículos de manera excesiva y repetitiva, a menudo sin necesidad real, que puede llevar a problemas financieros y emocionales. Este comportamiento impulsivo puede ser una forma de afrontar el estrés o la ansiedad.
Dermatotilexomanía (skin picking): Se caracteriza por el impulso incontrolable de rascarse o pellizcarse la piel hasta provocar lesiones, a menudo como respuesta a la ansiedad o el estrés. Esto puede resultar en cicatrices e infecciones y suele requerir intervención terapéutica.
Impulso sexual excesivo: También conocido como hipersexualidad, implica una preocupación constante con la actividad sexual que interfiere con la vida diaria, causando angustia personal o problemas en las relaciones. Este impulso puede ser una respuesta a emociones no gestionadas adecuadamente.
Automutilación: Comportamiento donde una persona se causa daño físico intencionalmente, como una forma de lidiar con el dolor emocional o psicológico. Aunque proporciona alivio temporal, puede tener consecuencias graves para la salud y el bienestar mental.
Amor patológico: Se refiere a una obsesión intensa y desmedida por otra persona, que lleva a comportamientos de control, dependencia emocional extrema y miedo a la pérdida. Este tipo de amor puede resultar en aislamiento social y sufrimiento emocional tanto para el individuo como para la pareja.
Celo patológico: Es una preocupación irracional y excesiva por la infidelidad de la pareja, caracterizada por sospechas injustificadas y comportamientos de vigilancia o control. Este trastorno puede generar conflictos en la relación, ansiedad y comportamientos destructivos para ambos miembros de la pareja.
La dependencia a Internet es un patrón de uso excesivo o compulsivo de la red que interfiere significativamente en la vida diaria del individuo. Las personas con esta dependencia pueden pasar horas navegando, jugando en línea o interactuando en redes sociales, lo que puede llevar a problemas en el ámbito laboral, académico, social y familiar.
Estos trastornos pueden interferir significativamente en la vida diaria de una persona, afectando sus relaciones, trabajo, y bienestar general, por lo que el tratamiento y la intervención oportuna son fundamentales.
09/08/2024