Gastrostomía

La gastrostomía es un procedimiento médico que consiste en la creación de una abertura en el abdomen para insertar un tubo directamente en el estómago. Este método es fundamental para aquellos pacientes que no pueden ingerir alimentos por vía oral debido a diversas condiciones médicas, como trastornos neurológicos, cáncer de cabeza y cuello, o problemas esofágicos. La gastrostomía permite una nutrición adecuada y segura, mejorando la calidad de vida y facilitando la administración de medicamentos y líquidos esenciales.

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¿Para qué se utiliza la gastrostomía?

Se utiliza principalmente para proporcionar una vía de alimentación directa al estómago cuando no es posible la ingesta oral adecuada. Este procedimiento es comúnmente indicado en pacientes con dificultades para tragar, obstrucciones esofágicas, trastornos neurológicos o condiciones que afectan la capacidad de comer. Además, puede ser empleada para descomprimir el estómago en casos de obstrucción intestinal o para administrar medicamentos y líquidos de manera segura y efectiva.

¿Cómo funciona la gastrostomía?

Se realiza generalmente mediante cirugía o mediante técnicas menos invasivas como la endoscopia. El objetivo es insertar una sonda (tubo de alimentación) que permita la nutrición directa al estómago, evitando la necesidad de tragar. Este procedimiento es especialmente útil para pacientes que no pueden alimentarse por vía oral debido a enfermedades, trastornos neurológicos o cirugías extensas.

¿Cuánto tiempo toma el procedimiento de gastrostomía?

Generalmente toma entre 30 y 60 minutos. Este tiempo puede variar dependiendo de factores específicos del paciente y de la técnica utilizada por el equipo médico. En algunos casos, puede ser necesario un tiempo adicional para la preparación previa y la recuperación posterior al procedimiento. La duración exacta se determinará en función de la complejidad del caso y de las condiciones médicas del paciente.

¿Cómo prepararse para la gastrostomía?

Primero, se realizarán exámenes preoperatorios para evaluar el estado general de salud. Es fundamental informar al médico sobre cualquier medicamento que se esté tomando, ya que algunos pueden necesitar ser suspendidos antes del procedimiento. Se debe evitar comer y beber durante al menos 8 horas antes de la intervención. Además, se recomienda tener a alguien que pueda acompañar y brindar apoyo después de la cirugía. Seguir estas indicaciones ayudará a asegurar un procedimiento seguro y exitoso.

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