Psicodiagnóstico infantil - Información, expertos y preguntas frecuentes

El psicodiagnóstico infantil o infanto-juvenil tiene por objetivo determinar el origen de la situación actual del niño, niña o joven que está afectando en la dinámica familiar. Se usa un conjunto de herramientas, gráficas, proyectivas, narrativas y la esencial, la entrevista clínica para conocer en profundidad, no solo al niño, niña o joven, sino a la familia en su conjunto.

Consiste en una evaluación psicológica del niño o niña que consulta. La evaluación puede considerar el ámbito emocional-relacional o incluir también la evaluación del desarrollo cognitivo. Se realiza en las primeras 3 a 5 sesiones, dependiendo de las áreas a evaluar. El psicodiagnóstico permite identificar las necesidades específicas del niño o niña y el tipo de tratamiento más adecuado a seguir. Para realizar el psicodiagnóstico, utilizo diversos instrumentos de evaluación o tests psicologicos que complementan la apreciación clínica: Pruebas proyectivas gráficas, Test de Aperceción Temática CAT-A, Test de Relaciones Objetales TRO (adolescentes), Test de Bender, Escala de Weschler WISC-III.

El psicodiagnóstico infantil, desde el enfoque sistémico-relacional, es un proceso de evaluación del niño/a o adolescente desde la esfera individual, familiar y contextual, a través de la utilización de diversas herramientas que permiten aproximarse a las vivencias internas del paciente y que guardan relación con el motivo de consulta. Este proceso tiene una duración aproximada de cuatro a cinco sesiones. Al finalizar, se lleva a cabo una sesión de devolución de resultados, en donde se plantean diversas sugerencias para el caso, incluyendo, en caso de ser necesario, el inicio de un proceso de terapia, cuyos objetivos son co-construidos en esta devolución.

El lenguaje que se utiliza en la terapia infantil es principalmente no verbal. Los psicólogos de niños emplean actividades, representaciones poco estructuradas, juegos y el vínculo de confianza para comunicarse con los infantes. En muchas ocasiones, los niños no son capaces de traducir acciones ni sentimientos en palabras, por lo que resulta importante que el terapeuta de niños sea capaz de entender este medio de expresión y pueda comunicarse con ellos. Al mismo tiempo, los psicólogos infantiles ayudan a los niños a saber expresarse y comunicarse de modo que logren hacerse entender con los adultos responsables, en caso que estén viviendo una dificultad o experimenten algún malestar interno.